Dicen que la luz es lo más rápido del mundo.
Pero hay luz que avanza despacio,
que dibuja cada forma con paciencia,
aportando delicadeza a cada color.
Si está bien delimitado, el espacio es lo contrario al vacío.
Hay tejidos perfumados, cuencos de fruta y sombras tentadoras.
Escucho el tintineo de los pinos,
y el cielo que se cierne sobre ellos es el único modo que tengo de medir el tiempo.
La luz se refleja en todas partes sin control.
Pero aquí la luz está domesticada, ha encontrado su hogar.

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ÁLBUM