INGREDIENTES 
 1100 g 
 de cerezas frescas, deshuesadas 
 110 g 
 de azúcar 
 325 ml 
 de leche entera 
 175 g 
 de nata para montar 
 4 
 yemas de huevo (o 2 g de goma garrofín*) 
 *Si prefieres no usar yemas, puedes sustituirlas por 2 g de goma garrofín, un espesante natural extraído del algarrobo. Añádelo junto con los ingredientes secos y sigue el mismo proceso de cocción, omitiendo los pasos con yemas. 
 ELABORACIÓN 
 1/ 
 Prepara un baño maría invertido (bowl grande con agua y mucho hielo). 
 2/ 
 Coloca las cerezas deshuesadas en un cazo junto con 50 g de azúcar. Cocina a fuego medio durante 10 minutos, removiendo de vez en cuando. Retira del fuego y deja enfriar completamente. 
 3/ 
 Para la base del helado, calienta la leche con la nata en un cazo hasta que comience a hervir suavemente. 
 ELABORACIÓN 
 4/ 
 Mientras tanto, bate las yemas con los 60 g restantes de azúcar en un cuenco hasta integrar bien. 
 5/ 
 Vierte poco a poco la mezcla caliente de leche y nata sobre las yemas, sin dejar de remover. 
 6/ 
 Vuelve a verter toda la mezcla en el cazo y cocina a fuego medio, removiendo sin parar, hasta que alcance los 82 °C. Si no tienes termómetro, retírala cuando comience a desprender vapor, esté ligeramente más densa y al pasar el dedo por el dorso de una cuchara, quede una línea clara. 
 7/ 
 Retira del fuego y enfría rápidamente sumergiendo el cazo en el baño maría invertido. 
 ELABORACIÓN 
 8/ 
 Una vez fría, pasa la mezcla a un recipiente con tapa y refrigera al menos 6 horas o toda la noche. 
 9/ 
 Al día siguiente, mezcla la base del helado con las cerezas cocidas y enfríadas. Tritura hasta obtener una mezcla suave, como de smoothie. 
 10/ 
 Procesa en tu máquina de helado hasta que alcance una textura densa y cremosa. 
 11/ 
 Guarda el helado en un recipiente con tapa y congela al menos 4 horas antes de servir. 
SHOP THIS STORY